A los doce años, mientras trabajaba como minero, fue descubierto por el técnico Nénem Prancha, quien lo llevó al equipo juvenil de Botafogo.
Pese a ello, la historia dirá que debió salir de su amado equipo por la puerta falsa y sin poder conquistar un solo título.
Curiosamente sus compañeros lograron tal gesta al año siguiente de su partida, cuando Heleno fue vendido a Boca Juniors.
Así las cosas, el polémico artillero brasileño y su esposa que no se adaptó a Buenos Aires, pasando con más pena que gloria,debió pegar la vuelta a Río de Janeiro seis meses después de su arribo.
Heleno convertiría siete goles en diecisiete partidos, su más bajo promedio de toda su historia.
Un día después del famoso Maracanazo, y ante el triunfo de Obdulio Varela, que fue capaz de anular por completo al temible y excompañero centro delantero, Ademir, Heleno lanzaría declaraciones en contra del entrenador Flavio Costa por no llevarlo a la selección: «Se eu estivesse jogando, o Brasil seria campeão».
Heleno, comanda un contraataque desde la mitad de la cancha y anota bañando al portero Gabriel Ochoa Uribe.
El encopetado Ballet Azul salió humillado y con dominio total del junior de Heleno.
Heleno consideró retirarse del fútbol, pero su mala situación económica producto de sus excesos con el alcohol, las drogas y el juego, le obligaron a buscar un nuevo equipo.