La representación de los vagabundos en la cultura popular es muy extensa en la literatura, los cómics o el cine.
[7] En las historietas en español, los dibujantes no han dudado en añadir el hatillo a sus personajes.
Así, cuando Ibáñez dibuja a su Mortadelo con el disfraz de vagabundo, no olvida este detalle.
En la literatura popular, el pícaro suele llevarlo: El Lazarillo (...hice un hatillo con las ropas del caballero y salí corriendo en dirección contraria).
[9] También Kerouac en Los vagabundos del Dharma afirma que lo usan: "Cerca de Camarillo, donde Charlie Parker se había vuelto loco y recuperado la cordura, un viejo vagabundo delgado y bajo saltó a mi furgón cuando nos dirigíamos a una vía muerta para dejar paso a otro tren, y pareció sorprendido de verme.