Fue quizás más conocido por ser intérprete del tema "I Love a Lassie" y por sus éxitos internacionales.
Recaudó grandes cantidades de dinero para contribuir al esfuerzo bélico durante la Primera Guerra Mundial, motivo por el cual fue nombrado caballero en 1919.
Tras su muerte, Isabella, con problemas económicos, hubo de mudarse con la familia a Arbroath.
Lauder a menudo cantaba para los mineros en Hamilton, lo que le estimuló para actuar como artista de music hall en la zona.
En marzo de ese año, Lauder viajó a Londres y amortiguó el fuerte dialecto de su número ya que, según el biógrafo Dave Russell, "perjudicaba a los artistas escoceses en la metrópolis".
[11] En 1905 el éxito de Lauder trabajando en pantomima para la compañía Howard & Wyndham en el Real teatro de Glasgow, e interpretando su canción I Love a Lassie, le convirtió en una estrella nacional, obteniendo contratos con Edward Moss y otros.
Lauder pasó entonces del music hall al teatro de variedades e hizo una gira por los Estados Unidos en 1907.
Con todo ello, Lauder llegó a ser el intérprete mejor pagado del mundo.
Durante la guerra dirigió con éxito diferentes actos para recoger fondos para colaborar en el esfuerzo bélico, organizó una gira de music hall en 1915 con fines de reclutamiento, y llevó su piano al frente, entreteniendo a las tropas estacionadas en Francia.
Lauder usualmente actuaba con los atributos 'Highland'—Kilt, Sporran, Tam o' Shanter, y twisted walking stick—cantando temas escoceses (Roamin' in the Gloamin' etc.).
[18] Además de actuar, Lauder escribió varios libros, entre ellos Harry Lauder at Home and on Tour (1912), A Minstrel in France (1918), Between You and Me (1919), Roamin' in the Gloamin' (autobiografía de 1928), My Best Scotch Stories (1929), Wee Drappies (1931) y Ticklin' Talks (circa 1932).
A su funeral asistieron, entre otros, the Duke of Hamilton, un buen amigo de la familia.
Fue enterrado, junto a su madre y su hermano, en el Cementerio Bent Hamilton, en Glasgow.