La estancia de tres meses en esta instalación es obligatoria para todos los norcoreanos que llegan al sur.
[1] En Hanawon, el plan de estudios de capacitación de tres meses se centra en tres objetivos principales: aliviar la ansiedad socioeconómica y psicológica de los desertores norcoreanos; superar las barreras de la heterogeneidad cultural; y ofrecer formación práctica para ganarse la vida en el Sur.
Los refugiados vuelven a aprender la historia de la península, es decir, que el Norte inició la Guerra de Corea, y toman clases sobre derechos humanos y la mecánica de la democracia.
Se les enseña educación sexual y aprenden a usar un cajero automático, pagar una factura de electricidad, conducir un automóvil, leer el alfabeto latino y hablar el dialecto surcoreano.
Se los lleva a excursiones para comprar ropa y cortarse el pelo.