Gustavo Adolfo de Hohenlohe-Schillingsfürst

En un compromiso común en la época, él y sus hermanos fueron criados en la fe de su padre, mientras que sus hermanas fueron criadas en la fe de su madre.

Tomó las órdenes católicas en 1849 y en 1857 se convirtió en obispo titular de Edessa en Mesopotamia y limosnero del Papa Pío IX.

[3]​ A través de esta conexión, se esforzó en prevenir la política del Kulturkampf, orientada a destruir las instituciones católicas, y que era promovida por el Príncipe Otto von Bismarck, Canciller imperial.

Hohenlohe fue enviado a Roma en 1872 como Embajador ante la Santa Sede, pero esta elección fue rechazada por el Papa Pío IX, posiblemente como resultado de la oposición abierta que él y sus hermanos habían mostrado ante la posición ultramantana de ese papa.

Retornó a Roma en 1876 y subsiguientemente se ganó el favor del Papa León XIII, y continuó pasando el resto de su carrera eclesiástica en Italia.