[1] Solo unos pocos vehículos llegaron a producirse y hoy son ítems de colección.
[2] Pese a que se construyó una veintena de vehículos en la fase previa a la producción en serie, el modelo jamás se comercializó.
Se trató del primer automóvil eléctrico construido en América Latina,[1] y sus especificaciones son comparables a las de modelos similares de la época tales como el CitiCar.
El diseño del automóvil era único, un biplaza trapezoidal muy compacto.
[3] El nombre «Itaipu» fue reutilizado en 1980 para un vehículo utilitario más grande, el Itaipu E400, el cual se basó en el Gurgel G800, cuyo motor lo proveía Volkswagen.