Los nuevos sepulcros revistieron los antiguos sepulcros románicos con placas laterales de alabastro; en total cinco frontales y dos laterales para el sepulcro del conde y dos frontales del doble de largo y dos laterales para el sepulcro de la condesa.
[6] En las tapas se esculpieron estatuas yacentes de ambos personajes.
[7][6] Las efigies presentan un tratamiento estilizado, y se caracterizan por su perfección técnica.
Se situaron, el del conde, sobre la puerta de la sacristía, y el de la condesa junto a la puerta que daba acceso a la escalera del triforio.
[8] En 1396 continuaba residiendo en Gerona, pero en 1397 cesó en su cargo por las polémicas que suscitaron las obras.,[9] siendo sustituido por Pere de Sant Joan, que ejerció el cargo hasta 1404.