Cuando las elecciones presidenciales previstas para julio de ese año se acercaba, la tensión montada entre los partidarios del presidente Pascal Lissouba, presidente desde 1992, y el expresidente coronel Denis Sassou Nguesso del PCT.
La guerra duró hasta el año siguiente tras la cual vinieron negociaciones de paz que decidieron en 1996 organizar unas nuevas elecciones para 1997.
[1] El 5 de junio la tensión llegó a tal punto que en Brazzaville, la capital nacional, el gobierno de Lissouba ordenó a la milicia de Sassou rendirse, pero su rival optó por resistir, durante los siguientes cuatro meses se vivió una sangrienta batalla por la capital que resultó destruida en gran medida.
Junto con el conflicto político entre Lissouba y Sassou Nguesso, el petróleo se considera un factor crucial en la guerra, y con los intereses franceses en juego, Francia fue vista como un soporte a Sassou en contra de Lissouba.
Grupos armados de sus exmiembros aún siguen activos como bandas criminales sin ideología política.