Por lo tanto, la guerra en su forma más natural involucraría a cada estado continuamente reciprocando el uso de la fuerza (incluso añadiendo más fuerza) para mantener la superioridad, hasta que ambos utilicen la violencia hasta su máxima extensión.
Esta es la primera acción reciproca, y conlleva al primer extremo de la guerra.
Aquí Clausewitz afirma que si un estado desea derrotar a su enemigo debe aniquilarlo.
El segundo factor es la fuerza de voluntad la cual no puede ser cuantificada (solo estimada) ya que esta es intangible.
Ya que el enemigo también hará este análisis, esta es la tercera acción reciproca, creando un tercer empuje hacia un extremo beligerante.
Por otra parte, la guerra absoluta es una guerra que alcanza sus extremos lógicos cuando es libre de los efectos moderadores que le son impuestos por la política y la sociedad, sin mencionar las restricciones prácticas del tiempo y espacio.