Guardaviñas

La mayoría están construidos prácticamente en seco, con piedras colocadas con escasísimo aporte de argamasa.

Una vez colocadas piedras hasta una buena altura, se continuaba haciendo círculos de menor diámetro, hasta conseguir que se estrechase tanto el círculo que bastase con una sola piedra para cerrar el techo.

La mayoría de los que se conservan en la actualidad tienen su origen en el siglo XIX.

[3]​ La llegada de la filoxera a Francia en 1867 provocó que se tuviese que buscar otra zona de donde traer el vino a este país.

[3]​ En La Rioja se han localizado 68 construcciones de este tipo, y según Carlos Muntión, tienen noticias de otras 12 chozas, que han desaparecido en fechas no muy lejanas.

Chozo en el cruce de los caminos de Albelda y Sorzano .