[2][1][3] De regreso en Chipre trabajó como chofer junto con su padre[1] y se unió a la EOKA.
Dadas sus cualidades, Georgios Grivas lo puso bajo su mando directo.
[2] Se ocultó en un escondite a unos 800 m del monasterio, persuadió a sus cuatro compañeros a rendirse y decidió luchar hasta su muerte contra tropas del regimiento Duque de Wellington.
[2] Sus padres solicitaron la entrega del cadáver a la administración británica que lo negó y ordenó su entierro en el cementerio de la Cárcel Central de Nicosia[1][3] En su ciudad natal, los negocios no abrieron al día siguiente.
En Famagusta, los alumnos de las escuelas secundarias no concurrieron a clase.