Profundamente agrarista y cooperativista, en 1946 había sido becado en la Misión Biológica de Galicia, dirigida por Cruz Gallastegui Unamuno, y en 1948 comenzó a dirigir la Escuela Agrícola de la Granja de Barreiros.
El proyecto y los edificios de que consta son del arquitecto gallego Manuel Gómez Román.
Desde 1948 esta institución fue sostenida en todos sus gastos y mantenimiento de forma personal por Antonio Fernández López, quien la mantuvo activa hasta su muerte, en 1971.
Actualmente sigue funcionando, con los mismos presupuestos iniciales y plenamente integrada en los planes educativos promovidos por el Colegio Fingoy, de Lugo.
Está gestionada por el Instituto Galego de Educación Medioambiental "A Ponticela", bajo la dirección de Siña Fernández Puentes, hija del fundador.