[3][4] La empresa tuvo éxito y sobre ella se creó en 1934 una matriz, Granada Ltd., que comenzó a cotizar en la Bolsa de Londres al año siguiente.
Esta elección aseguraba a su vez que el negocio sureño de Granada Theatres no se viera perjudicado.
En una entrevista, Sidney justificó su decisión: El norte de Inglaterra y Londres son las dos regiones más importantes (del Reino Unido).
La sociedad del norte es nativa, industrial, está muy cohesionada; es un grupo cultural homogéneo con un buen historial de música, teatro, literatura y prensa, difícil de encontrar en esta isla, excepto quizás en Escocia.
Este fue el primer edificio del Reino Unido construido específicamente para hacer programas de televisión.
[12] Ese acuerdo duró cuatro años y se desconocen las cantidades pactadas porque, de haberlo sabido, la ITA lo habría bloqueado.
[12] Con la situación económica asegurada, el canal se concentró en la producción de programas para la red ITV.
[14] También deben reseñarse éxitos de bajo coste como los concursos Criss Cross Quiz (1957-1967) y University Challenge (1962-1987).
El equipo formado por Denis Forman en la dirección y David Plowright como responsable de programas convirtió a Granada en la productora más importante de ITV, junto a Thames Television (Londres) y la ATV (Midlands).
[16] En 1988 se inauguró un parque temático dedicado a las producciones del grupo, Granada Studios Tour, que permaneció abierto hasta 1999.
La compañía mantuvo sin problemas la concesión de ITV para el noroeste hasta la reforma de la Ley Audiovisual de 1990, que planteaba un nuevo escenario: las franquicias se decidirían por subasta, podían participar las empresas que quisieran y el organismo regulador (Independent Television Commission, ITC) otorgaría la licencia a la oferta con el presupuesto más alto.
contrataron en 1991 a Gerry Robinson, propietario de Compass Group, como nuevo director ejecutivo.
Una de sus primeras medidas fue despedir al director David Plowright, una decisión que no sentó bien en la industria audiovisual: celebridades como Harold Pinter, John Cleese y Alan Bennett apoyaron a Plowright por su contribución a la televisión británica.
La situación económica de Granada Television, sin embargo, se había complicado mucho en los últimos años.
En lo que respecta al canal regional, cambió su nombre por el de «ITV Granada».
En cuanto a la subsidiaria que producía programas para otros canales nacionales (BBC y Channel 4) e internacionales, se creó una nueva marca llamada «Granada Productions» que duró hasta 2009, cuando se unificó la imagen y pasó a llamarse ITV Studios.
[30] Durante 25 años fue la serie con más audiencia de la televisión británica, hasta que en 1985 fue desbancada por EastEnders (BBC).
[32] En lo que respecta a informativos y documentales, Granada ha apostado por un periodismo de investigación.
[33] Ese mismo año, los recién liberados participaron en otro reportaje de Granada para explicar su versión.
[7] En 1989 la red ITV trató de crear una imagen corporativa nacional a la que sumarían las identidades regionales.
[41] A esa negativa se sumaron otras estaciones, por lo que durante una década las franquicias regionales siguieron utilizando su propia imagen.
A partir de 1999, con la mayoría de franquicias controladas por Granada, ITV implementó una imagen corporativa a nivel nacional: el logo regional figuraba en la parte superior y «ITV» en la inferior.
Al tener la sede en Mánchester, otras ciudades del noroeste se han sentido infrarrepresentadas, en especial Liverpool.
Para solucionarlo, Granada llevó sus servicios informativos regionales al complejo Albert Dock de Liverpool, desde 1986 hasta los años 2000.
[43] En 1993, el parlamentario Brian Sedgemore presentó una queja porque Granada presuntamente había incumplido una promesa sobre la apertura de oficinas en Chester, Lancaster y Blackburn, algo que los directivos negaron.
[43] Por otro lado, el estilo informativo incisivo de Granada Television le ha provocado algunos problemas.
[45] En 2003, el documental Living with Michael Jackson fue muy criticado después de que Michael Jackson acusara a su autor, Martin Bashir, de haberle manipulado durante los ocho meses que estuvo con él.