Su primera acción fue construir una base en la ribera izquierda del río Vístula en Volgesang, frente a Toruń (Thorn), que concluyeron al cabo de un año.
Para los prusianos esto suponía grandes dificultades, ya que estaban más habituados a la lucha en campo abierto.
La estrategia surtió efecto: en diez años, las órdenes sometieron a cinco de los siete mayores clanes prusianos.
[1] No obstante, los prusianos continuaron rebelándose contra los conquistadores y se alzaron hasta cinco veces en los siguientes cincuenta años.
Tras el éxito inicial, el duque sufrió empero una serie de derrotas militares que le obligaron a firmar la paz con los caballeros teutónicos.
Los prusianos pusieron sitio a los castillos construidos por los Caballeros y no pudieron enviar grandes ejércitos al oeste.
Los caballeros teutónicos no podían reunir grandes ejércitos que les permitieran abastecer las guarniciones sitiadas, y los castillos más pequeños comenzaron a caer.
Cuando regresaba a Natangia, sus enemigos les salieron al paso y se libró la batalla de Löbau.
El año 1265 marca el punto de inflexión del alzamiento: los Caballeros Teutónicos comienzan a recibir mayores refuerzos[6] y Sambia abandona la lucha.
Los suministros a Königsberg llegaban por vía marítima, y el castillo servía como base de operaciones para expediciones militares en Sambia.
Cuando los duques regresaron a Alemania, Brandeburgo fue capturado por los warmianos de Glappe[18] y al año siguiente Otón III volvió para reconstruir la fortaleza.
Su gran ejército no pudo realizar ninguna campaña, debido a que el deshielo tuvo lugar muy pronto ese año y los pesados caballeros eran incapaces de luchar en medio del terreno fangoso e inundado.
Pequeños grupos formados por doce a cien hombres asaltaban granjas, pueblos y puestos fronterizos, etc.
Era una guerra posicional, donde ningún bando podía derrotar al otro, pero los Caballeros confiaban en la llegada de futuros refuerzos desde Alemania y Europa, en tanto que los prusianos estaban consumiendo sus propios recursos.
[23] En esta tesitura, tan solo los bartianos tenían capacidad para proseguir la guerra en el oeste,[24] realizando expediciones anuales contra Kulmerland.
[25] La infantería bartiana y los pogesanios pusieron sitio a un castillo fronterizo pero fueron puestos en fuga por los caballeros de Christburg.
[30] La última tribu rebelde, los pogesanios, lanzaron un ataque sorpresa contra Elbing y tendieron una emboscada a la guarnición del castillo.
Tras el fin del Gran Levantamiento, los prusianos se rebelaron contra los Caballeros en otras dos o tres ocasiones, pero no llegaron a suponer ningún peligro real para las posiciones germánicas en la zona.
En 1276, Skomantas, jefe de los sudovianos, taló con éxito tierras teutonas[32] y al año siguiente, con ayuda lituana, atacó Kulmerland.