Antiguamente cada fundidor daba una medida distinta a los tipos que fabricaba, según escalas de medida arbitrarias denominadas grados (Sigüenza y Vera), magnitudes (Caramuel) o gruesos (Paredes).
En 1760 François Ambroise Didot perfeccionó el sistema, que ha sufrido modificaciones diversas hasta el actual sistema de puntos impuesto por la industria digital.
Para Alonso de Paredes las equivalencias eran: Según Serra y Oliveres, son:
Entre el Peticano y el Gran Canon existía otro grado, el Trismegisto, equivalente a unos 32 puntos.
El grabador del siglo XVIII Gerónimo Gil abrió un grado de cerca de tres puntos al que llamó Ala de mosca, y del que presumía que era el menor del mundo en su momento (en torno a 1776).