La matriz se colocaba en un molde de acero o cobre y madera[1] que se rellenaba con una aleación de plomo y antimonio, a veces junto con estaño y cobre, para obtener así un carácter en relieve, idéntico al del punzón original.[4] Los primeros tipógrafos debían dibujar ellos mismos el diseño de las letras, grabar los punzones, realizar las matrices, fundir los caracteres y corregir las imperfecciones que hubieran quedado en los tipos móviles, todo ello antes de poder componer los textos para su impresión.[2] En 2009, sólo quedaba en Europa un grabador y fundidor de punzones, que trabajaba para la Imprenta Nacional francesa.Una vez que el punzón estuviera grabado y pulido, era templado (calentado intensamente y luego sumergido en una materia fría como agua, aceite o en ocasiones materia orgánica) hasta que alcanzara la dureza necesaria para poder acuñar las matrices.En 1884, el tipógrafo estadounidense Linn Boyd Benton inventó la punzonadora, un aparato que implicaba el uso del pantógrafo, lo cual supuso una simplificación considerable del proceso de grabado de punzones.
Punzón (a la izquierda) y matriz (a la derecha).
Forja y tallado de punzones.
De izquierda a derecha, contrapunzón, punzón y matriz en la que se funden los tipos de letra.