Tanto el coral rojo, como la gorgonia roja Paramuricea clavata y la gorgonia blanca Eunicella singularis, están presentes en las costas de España.
Estas colonias están formadas por una estructura esquelética, más o menos ramificada según los géneros, con formas arborescentes, arbustivas o filiformes.
Sus esqueletos se caracterizan por poseer una sustancia proteica, que ellos mismos segregan, llamada gorgonina, de naturaleza córnea, más o menos flexible, según la especie, la edad de la colonia y la parte de la misma que se analice.
Tanto los esqueletos, como el cenénquima, o tejido colonial que reviste el esqueleto, y los pólipos, contienen espículas de calcita de diversos tamaños y formas, que en muchas ocasiones son las únicas características para la correcta identificación de las especies.
Los subordenes de Alcyonacea que agrupan a las gorgonias comprenden las siguientes familias: Las gorgonias son delicadas de mantener en cautividad, las hay que poseen zooxantelas fotosintéticas, siendo éstas más sencillas de mantener a priori, frente a las que no las poseen y se alimentan exclusivamente de zooplancton.