La idea del proyecto inicial fue generada para homenajear al alcalde Manuel Ramírez León, quien declinó la oferta y sugirió que el dinero fuese empleado en una obra perdurable que embelleciera y diera brillo a la ciudad de Manzanillo.
Los maestros de obra, ayudantes y peones dieron su aporte con innumerables horas extras; los materiales fundamentales fueron importados desde España sin que mediara lucro alguno.
En los trabajos in situ participaron: un ingeniero civil, maestros de obras, un plantillero, carpinteros, pintores, electricistas y otros obreros-ayudantes.
En su concepción general se compone de una planta hexagonal que se erige a más de un metro del suelo, con un zócalo exterior enchapado con lozas cerámicas vidriadas y dibujos entrelazados, todo policromado con genial simplicidad.
Como ornamento significativo se pueden apreciar, sobre los elementos cúbicos, las iniciales de Manuel Ramírez León (M.R.L.