Joven damita del teatro y el cine argentino, deslumbró con su cabello rubio y su notable belleza la pantalla grande durante la década de 1940.
En cine debutó en 1945 con La amada inmóvil, con dirección de Luis Bayón Herrera, junto a Santiago Gómez Cou y Homero Cárpena.
Luego volvió como figura de reparto en Lucrecia Borgia, protagonizada por la gran Olinda Bozán.
[1] Paralelamente cumplió algunos roles en teatro en algunas comedias.
Finalmente su carrera no prosperó y se alejó del medio artístico a comienzos de los 50's.