De 1739 a 1741, vivió en Roma, donde presentó su primer trabajo importante conocido: el oratorio La Santissima Vergine annunziata.
Así mismo, en la década de los 50, realizó esporádicos viajes a Milán y Barcelona, siempre para representar sus óperas.
Sus composiciones casi siempre se sustentaron sobre los textos de Pietro Metastasio, para las óperas serias, y Carlo Goldoni, para las bufas.
El estilo compositivo de sus óperas se basa en las pautas que, unos decenios antes, había establecido su abuelo, Alessandro Scarlatti, es decir, en una melodía simple pero agradable cuya finalidad es acompañar a la voz.
Sus trabajos, que en su día conocieron importantes éxitos, hoy están en gran parte olvidados.