Giovanni Francesco Grossi, llamado Siface,[1] (1653-1697) fue un castrato italiano, conocido en su tiempo por sus brillantes interpretaciones musicales y también por su trágica vida amorosa.
Aun así Siface no renunció a Elena y cuando le fue dado el rol de Perseo en la ópera de Martelli, el cantante pudo frecuentar más Bolonia e inmediatamente pidió salvoconductos para visitar a Elena en el monasterio.
El escándalo público y la ira del marqués Marsili llegaron a su punto más álgido.
En hechos no esclarecidos del todo, el cantante fue asaltado en su carruaje, cuando se dirigía a Bolonia, por cuatro hombres enmascarados que le dieron muerte, primero con bayonetas en su espalda y luego destrozándole el cráneo.
Elena Marsili desapareció del monasterio meses más tarde y se dice que coleccionó un gran número de aventuras amorosas, según muchos por venganza contra su hermano.