Gianfrancesco Gonzaga

Con Gianfrancesco se inauguró una tradición de capitanes militares que hicieron la fortuna gonzaguesca en las siguientes generaciones.

Sirvió en el ejército durante mucho tiempo bajo la bandera veneciana y acordó militar por Milán, sólo cuando este se alió con Venecia.

Gracias a su habilidad militar Gianfrancesco reunió un importante patrimonio personal, y logró el engrandacimiento territorial en la zona aledaña, poniendo incluso las manos aunque por breve tiempo, en las tierras de Asola y Lonato, que durante muchas generaciones sucesivas fueron codiciadas por los soberanos de Mantua.

Ese título finalmente legitimaba y hacía devenir oficialmente hereditaria la posesión de Mantua por la familia.

En la misma ocasión, Gianfrancesco se ligó aún más a la política imperial, firmando el compromiso de su hijo primogénito (y futuro marqués), Ludovico y Bárbara de Brandeburgo, sobrina del emperador.

Los últimos años de su vida fueron, sin embargo, poco felices: primero debió asistir a la feroz rivalidad entre sus hijos Ludovico y Carlos.