Gestor de terminología

Los gestores terminológicos profesionales mayoritariamente dan soporte a un modelo de categorías con una orientación onomasiológica a diferencia de los diccionarios electrónicos de léxico común cuyas unidades se organizan con una orientación semasiológica, esto es, en cada entrada o registro del diccionario se apuntan los diferentes valores semánticos.

Así, mientras la lexicografía parte de la palabra para llegar al concepto, la terminología parte del concepto para llegar a su representación: el término (Maria Teresa Cabré, 1997).

Siguiendo la metodología ampliamente establecida en la gestión terminológica de entornos multilingües, se reconocen las ventajas de gestionar la terminología con una orientación al concepto (Melby et al., 2001); esto es, centrado en el significado y no en la representación terminográfica del concepto en cada lengua.

Así un concepto puede contener múltiples términos y variantes lingüísticas para un solo objeto, característica o acción.

Así, la motivación de sus diseño se basa en las necesidades del sector que consecuentemente desarrolla y aplica.