Allí conoció a Stefan George y se convirtió en la primera mujer en publicar en su Blätter fur die Kunst.
Asimismo, se convirtió en discípula, asistente y amante secreta de Georg Simmel.
Su trabajo sobre las fundaciones conceptuales del arte clásico griego no se publicó hasta después de su fallecimiento.
Aunque se encontraba en Inglaterra en 1938, decidió regresar a Alemania durante la crisis checoslovaca.
Ya comenzada la guerra, logró hacerse con una plaza en el Skidmore College estadounidense, pero no pudo abandonar el país germano de manera legal.