Durante la Segunda Guerra Mundial, supervisó algunas de las victorias más decisivas del Ejército Rojo.Nacido en una familia campesina muy pobre del centro de Rusia, Zhúkov fue reclutado en el Ejército Imperial Ruso y luchó en la Primera Guerra Mundial.Tras la invasión alemana de la Unión Soviética, perdió su puesto como jefe del estado mayor general.Allí fue llamado a filas cuando estalló la Primera Guerra Mundial, en la que sirvió como soldado en un regimiento.Durante la guerra, Zhúkov fue condecorado dos veces con la Orden de San Jorge y ascendido a suboficial por su valor en batalla.En 1938, Zhúkov se dirigió a asumir el mando del Primer Grupo del Ejército Soviético Mongol y combatió contra el Ejército de Kwantung de Japón en la frontera entre Mongolia y el territorio de Manchukuo, controlado por los japoneses, en una guerra no declarada que duró desde 1938 hasta 1939.En pocos días, las tropas japonesas fueron derrotadas y debieron retroceder a sus antiguas posiciones.Fuera de la Unión Soviética, sin embargo, esta batalla sigue siendo poco conocida, ya que en esa época había comenzado la Segunda Guerra Mundial y Stalin (pese a la victoria) no aprobaba que Zhúkov usara tácticas promovidas por el recién purgado mariscal Mijaíl Tujachevski.Según Zhúkov, se trataba de una distracción para que los alemanes no pudieran reforzar al VI Ejército; no obstante, reclamó el éxito en Stalingrado como suyo, lo que no le correspondía, ya que el mérito le correspondía al mariscal Aleksandr Vasilevski, planificador y ejecutor de la Operación Urano, y al general Konstantín Rokossovski, provocando que Stalin firmara la orden sobre el comportamiento impropio de Zhúkov: En enero de 1943, Zhúkov orquestó la primera ruptura del bloqueo alemán de Leningrado para aliviar la presión alemana sobre la ciudad.Luego Zhúkov lideró la Operación Bagratión, la masiva contraofensiva soviética del verano de 1944, que finalmente acabó con la mayoría de las fuerzas del Tercer Reich aún ocupando territorio soviético, causando a la Wehrmacht más bajas que en Stalingrado.A pesar de ello, tuvieron una relación profesional y personal donde sabían valorar los puntos fuertes del otro.Influyó en la rehabilitación de militares comunistas represaliados por Stalin, como los mariscales Mijaíl Tujachevski y Vasili Blücher.Zhúkov siempre valoró enormemente el trabajo colectivo liderado por Stalin en la Segunda Guerra Mundial.Zhúkov dijo que Stalin fue un excelente líder de la lucha armada contra el nazismo, que su propia inteligencia e intuición sumada a su saber escuchar hizo de él la persona idónea del mando supremo.Stalin, por su parte, también supo apreciar las magníficas aportaciones y habilidades militares de Zhúkov.[4] En 1958, las relaciones de Jruschov con Zhúkov se dañaron, pues el veterano mariscal no compartía la preferencia que Jruschov daba a las armas nucleares en la estrategia de las Fuerzas Armadas Soviéticas.Tras su retiro, Zhúkov recibió su pensión de las Fuerzas Armadas Soviéticas y empezó a escribir sus memorias, tituladas Memorias y reflexiones (en ruso, Vospominániya i razmyshléniya, Воспоминания и размышления).Documentos oficiales han revelado recientemente que Zhúkov y sus colegas planeaban un golpe preventivo al poderío alemán durante el transcurso de 1941, previo a la invasión de la Unión Soviética por el Tercer Reich.El documento no se encuentra firmado, pero para la época esto era más una regla que una excepción.Aparte de Zhúkov, solo Leonid Brézhnev fue un receptor en cuatro ocasiones (este último se auto-premió).