A pesar de que no es hoy en día muy conocido, sus obras (particularmente sus cuentos de hadas[1] y sus novelas fantásticas) inspiraron profunda admiración en notables autores como J. R. R. Tolkien, Wystan Hugh Auden, C. S. Lewis y Madeleine L'Engle."Unas pocas horas después", dijo Lewis, "supe que había cruzado una gran frontera".[4] Su abuelo, Charles Edward MacDonald fue un emprendedor: montó una blanqueadora de hilo y luego se dedicó a los servicios bancarios.MacDonald creció en su iglesia congregacional, en una atmósfera calvinista, pero nunca se sintió cómodo con algunos aspectos de tal doctrina.Posteriormente, ejerció el oficio ministerial en Mánchester, pero lo dejó por razones de salud.[9] MacDonald estaba familiarizado con la mayoría de las figuras literarias de la época; un álbum fotográfico lo muestra con Alfred Tennyson, Charles Dickens, William Wilkie Collins, Anthony Trollope, John Ruskin, George Henry Lewes y William Makepeace Thackeray.En los Estados Unidos mantuvo amistad con Henry Wadsworth Longfellow y Walt Whitman.Su hijo Greville se convirtió en un destacado médico que también escribió varios cuentos infantiles.