Su precoz talento al clavecín fue reconocido por el compositor Johann Joseph Fux, quien lo tomó como su pupilo en 1735.
Para 1749 se convirtió en clavecinista oficial de la archiduquesa.
Una buena muestra es la publicación de sus obras en París; Haydn y Mozart estuvieron familiarizados con su música.
Sus composiciones abarcan desde música coral, tres oratorios, misas y cantatas; también son destacables sus sinfonías de cámara, música de cámara para cuerda con y sin clavecín, así como composiciones para teclado.
Como escritor y teórico musical destaca su obra Rudimenta panduristae oder Geig-Fundamenta de 1751.