Luis Soláns Labedán

Tras la contienda, ocupó distintos puestos y cargos administrativos, alcanzando el rango de teniente general.

Cuando la tarde del 17 de julio se adelantó la prevista sublevación militar de Melilla, el coronel Soláns, al frente de un grupo de oficiales y jefes rebeldes,[1]​ ocupó el edificio de la comandancia militar donde se encontraba el general Romerales y su Estado Mayor, la mayor parte del cual se sumó a la sublevación.

Bajo amenaza de ejecutarlo allí mismo forzaron al general a rendirse y declinar el mando, y tanto él como quienes le acompañaban fueron detenidos.

[4]​ Después se haría cargo del mando del II Cuerpo de Ejército —posteriormente renombrado Cuerpo de Ejército de Extremadura—,[5]​ unidad que formaba parte del Ejército del Sur, y cuya zona de actuación iba desde el límite entre las provincias de Cáceres y Badajoz hasta el río Guadalmellato y Alcolea.

Durante la posguerra se convirtió en presidente del Consejo Superior Geográfico.