Estas mutaciones, llamadas homeóticas, transforman unas partes del cuerpo en estructuras adecuadas para otras posiciones.
Estos mismos genes tienen un papel crucial en el modelaje del cuerpo de otros animales, incluidos los seres humanos.
Las conclusiones obtenidas de estos estudios son sorprendentes: según una primera aproximación, habitualmente cada gen homeótico selector se expresa en las regiones que se desarrollan con anomalías, por ejemplo debido a una mala colocación, si el gen está ausente o mutado.
El ADN regulador del complejo HOM actúa como un intérprete de las muchas unidades de información posicional que le proporcionan todos estos factores y, como respuesta ante ellos, decidirá si se transcribe un grupo determinado de genes selectores homeóticos o no.
No está claro si estas órdenes son tan solo un accidente evolutivo o si realmente reflejan la implicación de algún mecanismo que se propaga a lo largo del cromosoma, aunque ésta es una característica del complejo HOM altamente conservada en el curso de la evolución.
Parece que al menos algunos genes selectores homeóticos tienen esta propiedad.
Se ha descubierto que es necesario un conjunto adicional completo de genes, llamado grupo Polycomb, para mantener inactivos a los genes selectores homeóticos no expresados: si se inactiva cualquiera de los genes del grupo Polycomb mediante mutaciones, los genes selectores homeóticos se activan primero siguiendo un patrón normal, pero luego se activan de forma indiscriminada por todo el embrión.