Posee un retablo barroco con una Inmaculada Concepción que procede de otro lugar.
[1] Afectó a una familia, la que habían formado Pedro Antonio Sagardia y su esposa Juana Josefa Goñi, que tenían ocho hijos, José Martín, Joaquín, Francisco Javier, Antonio, Pedro Julián, Martina, José María y Asunción.
Fueron arrojados vivos a la profunda sima de Gaztelu y sus restos óseos no fueron rescatados hasta el año 2016.
Posteriormente el general Sagardia, aconsejado por sus superiores, interrumpió las investigaciones y el episodio fue olvidado convirtiéndose en tabú.
El hermano mayor se fue del pueblo emigrando a la Baja Navarra, en el sur de Francia.