El rey Fernando el Católico, lo nombró cronista mayor del reino, según relata Vagad mismo en la Crónica.
[2] Se cuenta entre los intelectuales que se reunían en torno al editor Pablo Hurus, entre los que estaban Martín García, Gonzalo García de Santa María, Andrés de Li, Martín Martínez de Ampiés y Antonio Geraldini, este último, entre otras figuras italianas.
Aunque trabajó con fuentes originales, metió en su obra opiniones personales y relatos fantásticos.
[2][1] En asuntos internacionales, Vagad era partidario español y ese sesgo es visible en la obra: consideraba al emperador Maximiliano I como español y al legendario conde Don Julian italiano.
Preocupado por el estilo, su narrativa se interrumpe frecuentemente en largos y banales argumentos.