Gas ionizado

Un gas frío está constituido de moléculas que a su vez están formadas de átomos; si se calienta el gas, por ejemplo por interacción lumínica, las moléculas se moverán más rápidamente y chocarán entre sí con más fuerza, hasta que por encima de cierta temperatura varíe la molécula, y según su tipo, ésta se rompa y queden átomos dispersos.

Estos átomos y sus electrones pueden en este proceso transformar parte de su energía en fotones; por ello un gas caliente brilla.

Dado que los electrones libres interactúan fácilmente con los fotones, colisionan constantemente con ellos desviando sus trayectorias y a veces absorbiéndolos.

Así bien, un gas al ionizarse sus electrones libres desvían constantemente las trayectorias de los fotones, por lo que se pierde transparencia y gana luminosidad.

El gas neón se encuentra parcialmente ionizado; brilla en los tubos usados para iluminación.

Interacción lumínica sobre gas no ionizado.
Refracción lumúnica sobre gas ionizado.