Gallocanta

Su localización estratégica hace que cada año aves como patos buceadores y fochas utilicen la laguna como punto de invernada, como localidad de paso o se establezcan para la cría.Además, cada año la laguna de Gallocanta se convierte en un punto estratégico para las grandes concentraciones de grullas comunes que emigran en invierno hacia latitudes más cálidas.Por lo demás, apenas existen datos del devenir de estas tierras hasta su conquista por Alfonso I el Batallador, hacia 1120.Al estar en primera línea fronteriza, la zona de la laguna desempeñó un papel relevante durante la Edad Media en las guerras que enfrentaron a Aragón y a Castilla.Hoy en día no quedan casi restos del mismo, ya que fue desmantelado y su piedra reutilizada en otras edificaciones.El casco urbano se fue extendiendo hacia el oeste, por la calle de San Pedro, de tal forma que se llega a urbanizar la zona entre el castillo y la actual iglesia parroquial, construida en el siglo XVIII al lado de un pequeño cementerio.Tiene tres naves, las laterales la mitad de anchas y altas que la central; ésta consta de tres tramos, con coro alto a los pies, crucero que no sobrepasa la anchura de las laves laterales, y por tanto sólo es apreciable en altura, y cabecera rectangular; ésta, como ya se sobreentiende por lo anteriormente expuesto, se encuentra entre la sacristía y la torre.En la iglesia destacan los volúmenes del crucero con la cúpula, así como los que conforman la sencilla fachada con puerta en arco de medio punto con grandes dovelas.En la última restauración se recreció la torre hasta alcanzar la altura de 26 metros.
El pueblo de Gallocanta desde la laguna.
Vista general de Gallocanta con la Laguna delante