Galileo Chini

La formación de Galileo Chini es prácticamente única en el panorama del arte italiano.

En este mismo periodo conoció a la joven Elvira Pescetti, quien se volvió su esposa.

En donde los frescos se perdieron irremediablemente, Galileo Chini no dudó en remover el yeso y realizar nuevas decoraciones.

Mientras tanto, aumentó la actividad de escenógrafo, realizando las primeras colaboraciones con Giacomo Puccini para la ópera cómica Gianni Schicchi.

En 1883, Galileo Chini, mientras volvía de colegio se detenía en la Plaza del Mercado Viejo en Florencia al lado del caballete de Telémaco Signorini para observar al pintor, definido por las gafas doradas y la barba rubia, que él pintaba.

Después de la muerte del padre, asistió aún más asiduamente donde el tío, consolidando las diversas técnicas.

Con lo aprendido junto al tío restaurador, con quien luego tiene una activa colaboración, Chini se impregnó de las diversas técnicas para el restauración de pinturas antiguas, convirtiéndose en un hábil e imaginativo decorador.

Plantas, flores, animales y figuras humanas se pliegan sobre las superficies curvas de sus jarrones, como si las abrazaran.

Las cerámicas de la manufactura florentina tuvieron amplia difusión, triunfando en los mercados europeos e incluso en los Estados Unidos, donde eran muy investigadas por Tiffany en Nueva York.

Los esquemas decorativos producidos con más frecuencia en este periodo son temas del arte clásico, como por ejemplo: querubines, guirnaldas, festones o paneles con composiciones geométricas de influencia klimtiana como espirales, diademas y triángulos o motivos florales estilizados (el arte de Klimt es el típico arte siamés, con decoraciones en series de querubines, espirales botánicos, diseños astrales con otros símbolos y frisos típicos del Siam).

En la época en que el arquitecto Giovanni Michelazzi intentaba con su arquitectura contrarrestar la apremiante injerencia de los modelos neorrenascentistas, introducidos por el arquitecto Giuseppe Poggi, de estas premisas nace la colaboración con Galileo Chini, quien logra integrar los dos estilos.

Él propuso para muchos edificios decoraciones con azulejos en mayólica producidos en Borgo San Lorenzo.

Palmeras, delfines y espirales son representados en las lunetas del Hotel Excelsior, donde grandes jarrones llenos de frutas y barcos con velas desplegadas decoran los cuadrados sobre la puerta de la entrada principal.

En la vía Antonio Fratti n°400 se encuentra la villa Argentina, cuya fachada contiene una vasta superficie decorada en cerámica.

Entre estas decoraciones que generalmente están constituidas por sencillos azulejos monocromos o como mucho decoradas con dibujos geométricos, se impone el friso de la fachada de una villa en Roma, constituido por azulejos tratados con brillos metálicos que representan ramas curvadas, sobre las cuales se arrastran caracoles.

También en este caso, la decoración cerámica se inserta sobre una estructura arquitectónica tradicional, modernizada según las líneas ornamentales de la época.

En Borgo San Lorenzo el edificio más ricamente decorado es la casa del primo Chino Chini, construida alrededor de 1923.

Proyectada por el arquitecto Ugo Giusti, su construcción empezó poco antes del inicio de la Primera Guerra Mundial y terminó en 1922 aproximadamente.

El mismo tipo de decoración se encuentra también al exterior pero enriquecido por otros elementos, como los grandes círculos, marmolizados en las partes superiores.

Comenzadas en 1913 y terminadas diez años más tarde, permitieron conservar la documentación en el cambio del arte, debido también a la guerra mundial.

El festón está inmerso en una decoración geométrica con pavos reales y espirales.

La decoración cerámica para el edificio y la ebanistería tuvieron una producción continua hasta los años treinta.

Los frescos ejecutados por Galileo Chini en la vasta sala del Trono, desde la cúpula que se eleva a más de cincuenta metros hasta las lunetas, evocan los momentos importantes de los seis últimos reyes del Siam (del siglo XVIII al XX) inmortalizándolos en la historia, incluido el rey Chulalongkorn Rama V, (1868-1910), quien había concebido la idea del palacio y que durante su reinado se había distinguido por las importantes reformas sociales implementadas en el país, incluida también la abolición de la esclavitud.

[8]​[9]​ Durante su último viaje por Europa en 1907, el rey Chulalongkorn regresó a la VII Bienal de Venecia, donde Galileo Chini había decorado la "Sala del Ensueño".

La actividad escenográfica de Chini comienza en 1908 y concluye en 1937, no es lineal ni continua, el artista trabaja inicialmente solo para el teatro de prosa y descubre la obra lírica solo en 1917 junto a Giacomo Puccini.

De 1901 a 1910 es el decorador más requerido, trabaja en todas partes y por encargo, como un artista renascentista.

Al diseñar pabellones y exposiciones con un espíritu artesanal y una visión multidisciplinaria de las artes, es casi natural para él preparar la puesta en escena de un texto para el teatro.

El fondo teatral, las escenas, la utilería, la decoración, el vestuario, todo le resultaba fácil, ya que cada día pintaba en frescos escenas sobre las paredes de villas y palacios o construía y montaba pabellones para exposiciones en pocas semanas o días.

Galileo Chini tiene treinta y tres años cuando Sem Benelli el amigo fraternal más joven por cuatro años, con el cual había trabajado ya en Florencia en una empresa de muebles, lo llama a realizar escenografías para sus tragedias.

Empieza así una sociedad artística que no tiene igual en el teatro italiano del siglo XX.

Azulejo con firma de la Manifattura Chini de Borgo San Lorenzo, 1911
Terma Berzieri en las Termas de Salsomaggiore .
La Casa de las Vacaciones de Galileo Chini
Gran Caffè Margherita
Villa Argentina
La tumba de Galileo Chini y de su esposa en el cementerio monumental del Antella