Se trata de un instrumento musical de viento con dos tubos sonoros: el ronco, que está provisto de una lengüeta simple y emite una nota pedal, y el puntero o flauta, cuyo elemento sonoro es una doble lengüeta de caña y en el que se ejecutan las melodías; un odre de piel al que van conectados los tubos mencionados y un tubo de insuflación provisto de una válvula que impide el retroceso del aire.
En La Rioja, este instrumento recibe el nombre de bota o gaita de bota supuestamente para diferenciarla del oboe popular llamado gaita.
Su uso, en épocas anteriores más extendido en otros valles, se redujo a la zona del Alto Najerilla y sierras de la Demanda y Urbión, hasta los años 1950 en que dejó de emplearse al desaparecer la danza tradicional a la que estaba ligada.
Está emparentada con las cornamusas del noroeste de la península ibérica.
Su morfología es similar a la gaita gallega o a la gaita asturiana, es decir, con ciertas diferencias con respecto a las cornamusas de origen pirenaico o mediterráneo como la gaita de boto aragonesa, el sac de gemecs o la xeremía de las Baleares.