La gaita de boto consta de: La bordoneta se puede sustituir por una tenoreta, que viene a ser una bordoneta con una lengüeta doble, que produce una nota exacta en afinación y volumen al clarín, dando mayor sonoridad.
Esta idea también la tiene la gaita catalana sac de gemecs y la zampogna italiana.
En las gaitas antiguas los clarínes eran de una afinación no temperada, con la tercera neutra.
El bordón entonces estará afinado en Do, al igual que la bordoneta (esta una octava más aguda).
El área geográfica en la que se usa la gaita de boto no es demasiado extensa.
Las pitas se las hacía Senén Pueyo, hasta que falleció, entonces cuando bajaba a Zaragoza a tocar el dance de las Tenerías compraba cañas de gaita gallega.
Juan Mir Susín sucedió a Vicente Capitán, y tocaría varios años, hasta que en 1975 dejó el dance por motivos personales.
Algunas gaitas no se encontraban en Aragón, como por ejemplo la gaita de Juan Cazcarra, de Bestué, porque la tenían los miembros del grupo Biello Sobrarbe, y fue entregada por Ánchel Conte al folclorista vasco Juan A. Urbeltz.
Nacidos en Sariñena, Martín Blecua, el gaitero del pueblo, utilizaba una gaita gallega; Pedro Mir, sobrino de Juan Mir, anterior gaitero "de boto" del dance.
En Boltaña, Sariñena, Robres y Sena se crearon talleres para la construcción de gaitas.
Mario Gros, de Biella Nuei, todavía se dedica a ello.
Esto marcaría la siguiente expansión de este peculiar instrumento, que la gente asumiría como suyo.
También hay grupos que experimentan mezclando con músicas modernas con la gaita de boto.
Cantar con la gaita no es nada fácil, debido a las posibilidades del instrumento, por lo que se convirtió en un estilo usado en la zona de los Monegros, Ribagorza y Sobrarbe.
El repertorio era muy variado: Albadas, Despertaderas, Romances... Lo peculiar del estilo es la adaptación al instrumento: Sonido fuerte, agudo, con adornos.