Durante su administración, las costas de Cuba tuvieron una enorme cantidad de piratas que se escondían allí y atacaban barcos que pasaban cerca y a poblaciones locales.
Gabriel de Luján, en su juventud, se unió al Ejército Español, donde destacó y logró ascender a Capitán.
Durante su gobierno en Cuba, el archipiélago se vio atacado por piratas de diversos orígenes.
Así, los cueros curtidos comenzaron a ser monopolizados por filibusteros franceses mientras que el comercio legítimo, según se le indicó a la Corona española, había desaparecido en el archipiélago caribeño.
Sin embargo, esto no frenó los ataques filibusteros, que siguieron siendo importantes en Cuba.