[2] En gran parte de Hispanoamérica se ha mantenido su apariencia original, similar al poncho.
Fue usado, al menos desde el siglo XV, por los pastores como prenda de paño grueso y burdo, contra la lluvia y el frío,[2] aunque era también parte de la vestimenta masculina junto a otros mantos, capas y sobretodos, como el capuz, el "paletoque", la hopa, el tabardo, la "jornea", la "huca" o la loba.
[10] El gabán fue prenda de muy diverso aspecto que vistieron por igual pastores, pícaros, reyes, artistas y sabios.
[2] El lector curioso podrá confrontar descripciones en diferentes épocas históricas de otros -muchos- gabanes aparecidos, narrados o descritos en la literatura en castellano a ambos lados del Atlántico.
[11] Menudean en la obra de maestros como En la Sevilla del siglo XIX español, y refiriéndose a una prenda muy distinta ya a la evocada por Cervantes, Antonio Machado Núñez, abuelo del poeta del 98, era conocido entre sus alumnos universitarios como "el médico del gabán blanco", haciendo referencia al elegante sobretodo que gustaba llevar el eminente zoólogo español.