Condujo abundantísima obra para demostrar que existe una base genética en la diferenciación de las poblaciones vegetales.
Así sus trabajos en las poblaciones localmente adaptadas lo indujeron a acuñar el término "ecotipo" en 1922.
Las ideas y hallazgos de Turesson tuvieron fuertes efectos en la biología evolutiva vegetal.
En el campus de la Swedish University of Agricultural Sciences en Ultuna, aún pueden verse una larga fila de árboles de arces en la alameda desde Scania a Lappland, plantadas por Turesson; logrando colocar distintos cultivares que van floreciendo y luego hacer senescencia en periodos distintos.
Así, Turesson continua recordándoles a los estudiantes del SLU que la fenología tiene una base genética y que las adaptaciones locales pueden exaltarse con simples experimentos de jardinería.