El recorrido del funicular discurre por un túnel excavado bajo la Peña Maín.
La aldea de Bulnes era célebre por su incomunicación: no tiene ningún acceso rodado y sólo se podía acceder a ella a través de un sendero no asfaltado que recorre el desfiladero del río Bulnes.
Desde entonces es utilizado por sus vecinos para transportar bienes, animales y pequeños tractores para labores agrícolas.
En abril de 2005, el principado adjudicó a la empresa ALSA Rail la gestión del funicular.
También existe la queja de que no hay aparcamientos en la estación inferior donde se coge el funicular.