[2] La Compañía y la Fundación mantienen una relación duradera, siendo que la Fundación es controlada por su propio Consejo de Curadores, independientemente de la Compañía.
La Fundación obtiene su renta principalmente de las inversiones del Fondo bajo Curatela.
[3] Durante todos esos años, la programación de la Fundación Kellogg evolucionó, y se esforzó para continuar innovando y atendiendo a las necesidades siempre mutantes de la sociedad.
Actualmente, la organización está entre las mayores fundaciones privadas del mundo.
[4] Las donaciones son concedidas en Estados Unidos, en América Latina y en Caribe y en siete países del sur de África – Botsuana, Lesoto, Maláui, Mozambique, Sudáfrica, Suazilândia y Zimbábue.