Es la denominación común que recibe la policía antidisturbios y tiene fuerte presencia en actos o eventos públicos, como los partidos de fútbol.
[1][2] Sólo en la policía bonaerense hubo 13.619 agentes investigados por actos de corrupción, violencia y/o irregularidades entre 2008 y 2009, según la Auditoría General del Interior.
[3] Global Integrity clasifica a la policía argentina como débil en el desempeño anticorrupción con una puntuación de 63 sobre 100.
[7][8] Además, se sabe que los funcionarios judiciales están involucrados en actividades delictivas organizadas.
[6] Otra consecuencia grave provocada por la corrupción policial es su contribución al profundo debilitamiento del estado de derecho.
Si la policía no cumple con su misión y pierde la confianza y el respeto de los ciudadanos, se pierde su poder de disuasión contra actos ilegales, alentando la delincuencia.