Durante la Guerra Fría, se incrementó el número de bases para apoyar a la OTAN.
Estos nuevos sitios, estarían cincuenta millas (80 km) o más al oeste del río Rin y la mayoría se encontraban en las colinas de entornos rurales.
Las bases en Zweibrücken y Pferdsfeld fueron construidas con fondos de la USAF, pero fueron asignadas a la Real Fuerza Aérea Canadiense (RCAF) en 1952.
Con esta ceremonia, terminó oficialmente el último vestigio de la Segunda Guerra Mundial en Alemania.
La pista de aterrizaje y las instalaciones en funcionamiento en Sembach fueron entregadas al gobierno alemán.