Fueros de Daroca

Los Fueros de Daroca se expandieron hasta Benatanduz, y quizás con alguna alteración hasta Teruel.En esta ciudad estuvieron en vigor desde la conquista de Tirwal por parte del rey Alfonso II de Aragón el Casto en 1171, hasta que este rey concedió unos fueros específicos en 1176 (los Fueros de Teruel).Estos otorgaban una gran autonomía a los Consejos y notables excepciones fiscales y militares para favorecer la colonización.Así mismo, los Fueros de Daroca en concreto destacan por la protección del aldeano local frente al forastero, donde son todavía más exigentes que los Fueros de Calatayud, a pesar de que hay menos tolerancia hacia el homicidio de forasteros.También destacan en proteger a la familia legítima y no permiten que en el testamento se deje a un hijo una parte menor que a otro.