La frontera anglo-escocesa (en inglés: Anglo-Scottish Border; en gaélico escocés: Crìochan Anglo-Albannach) separa a las naciones constituyentes británicas de Inglaterra y Escocia.
Tiene una extensión de 154 kilómetros entre Marshall Meadows Bay en la costa este y Solway Firth en el oeste.
Se convirtió en la primera frontera anglo-escocesa con la anexión de Northumbria por la Inglaterra anglosajona a mediados del siglo X.
La línea Solway-Tweed fue establecida legalmente en 1237 por el Tratado de York entre Inglaterra y Escocia.
Berwick no se anexó completamente a Inglaterra hasta 1746 por una ley de ese año.