Después de que el huevo haya nacido, la larva se come el interior del frijol, creando espacio para sí misma.
Generalmente en la primavera, el insecto busca salir del frijol a través de una «trampilla» redonda, dejando atrás la cápsula pupal.
La pequeña polilla de color gris y plateado tan sólo vivirá por unos pocos días.
Cuando el frijol es calentado abruptamente, por ejemplo, al ser sostenido dentro de la palma de la mano, la larva se mueve nerviosamente, jalando los hilos que la sujetan al frijol y causando el característico «salto».
Los frijoles saltarines fueron usados como una broma recurrente en muchas caricaturas de la primera mitad del siglo XX.