Fue declarada Monumento Natural en 2002 y cuenta con un singular conjunto kárstico.
Es la segunda cueva asturiana por el desarrollo total de sus galerías (14,5 km).
Aunque se supone que el edificio data del siglo XV, el lugar pudo albergar anteriormente una villa romana.
La más importante de ellas fue la de 1890, que realizada por el político asturiano Emilio Álvarez-Prida Arias, transformó radicalmente la fachada principal, sustituyendo los pequeños ventanucos por balcones y el palomar por una galería.
Otra celebridad del linaje es la química Juana Álvarez-Prida y Vega.