Freno eléctrico

El más utilizado es el freno eléctrico "ralentizador", que se emplea en los camiones y vehículos pesados para el descenso de pendientes largas sin fatigar los frenos principales del vehículo.

Su funcionamiento está basado en el principio de la generación inductiva de la corriente que nacen en una masa metálica cuando esta se sitúa en un campo magnético variable.

En su construcción, se emplean unas bobinas cuyas polaridades están alternadas, que se instalan en el estator, que está situado entre dos discos solidarios con el eje de la trasmisión del vehículo.

La principal ventaja de este sistema de frenado es que al no tener rozamiento entre partes mecánicas, el desgaste y el mantenimiento son mínimos, y permite frenar vehículos muy pesados, como camiones, autobuses o trenes, sin apenas consumo de energía.

En cambio, presenta una ventaja de ahorro de peso en el vehículo, así como menor mantenimiento, y una mayor simplicidad del cableado eléctrico respecto a los sistemas ABS y actuales

Freno eléctrico de camión.