Fue el último de nueve hijos del matrimonio constituido por Frederick Rudolph y Amelia Gotch.
No le gustaba estudiar pero si amaba luchar y boxear con otros muchachos, casi siempre mayores que él.
Burns ofrecía 25 dólares a cualquiera que pudiese aguantarle 15 minutos sin ser vencido por puesta de espaldas.
Luego del combate Burns se dirigió al público con estas palabras: “Damas y Caballeros, nunca me enfrenté con un luchador amateur como este joven en toda mi vida.
Si él me acompaña, lo haré campeón de América en unos pocos meses.” Gotch comenzó a entrenarse con Burns y logró rápidos avances.
Gotch salva milagrosamente su vida cuando no aborda el velero que lo conduciría de vuelta a su hogar por demorarse con sus amigos y el velero se hunde con toda su tripulación y pasajeros.