En sus principios trabajó en Bruselas, atrayendo la atención del archiduque, que le dio los medios para estudiar en Roma, donde pasó toda su carrera profesional.Con esta reputación recién adquirida, le fueron encargadas obras como el San Andrés situado bajo la cúpula de San Pedro, o la que al año siguiente sería su obra más famosa, la Santa Susana para el coro de Loreto.Este aceptó la oferta, y marchó a Livorno con la intención de embarcar hacia Francia.El taller lo heredó su hermano menor, Jerome Duquesnoy el Joven, junto al que había trabajado durante toda su carrera.Parece que en sus últimos días sufrió de manía persecutoria, siendo sus depresiones cada vez más profundas y prolongadas.Según Bellori, el artista trabajó durante años en ella con un modelo vivo, teniendo como referente la estatua antigua de Urania del Capitolio.Duquesnoy consiguió un verdadero alarde de equilibrio clasicista; la figura está en un perfecto contrapposto y todo en ella es grácil elegancia.Esta obra gozó de un gran éxito entre sus contemporáneos (Bellori la definió como «un aria dolce di grazia purissima»).Fue, sin embargo, durante el siglo XVIII cuando entró en el canon de las esculturas modernas más admiradas, gracias a una copia de mármol que Guillaume Coustou envió a París (1739) para admiración del ambiente artístico francés.En aquellos tiempos se sentía una profunda devoción por los principios neoclásicos con los cuales la Santa Susana encajaba a la perfección.
San Andrés
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Victoria del Amor Sagrado sobre el Amor Profano
, Galleria Spada, Roma.